Menos templarios

Van eclipsándose los templarios de las novelas que se leen en el metro y en el AVE. A lo mejor está punto de iniciarse la moda de aquellos caballeros de la orden teutónica que imperaron tanto en la Europa del norte. Millones de seres humanos desean que alguien les cuente una historia casi todos los días: un novelista, los guionistas de cine o de televisión. Ni más ni menos que el viejo hechizo de las historias contadas ante la chimenea. Hubo hace unos años quien quiso instalarse en la ciencia de la narratología pero eso ya se inventó en el hilván de las mil y una noches. La sociología de bolsillo lleva a pensar que en los autobuses y en la sala de espera de los dispensarios muchas más mujeres que hombres leen libros. Fundamentalmente, novelas, no memorias ni ensayos. Libros que cuenten historias que comiencen por el principio y acaben por el final. Historias sin mucho estilo. En fin, los folletines de nuestro tiempo. Novelas con detalles, con un tiempo que pasa y se hace con el lector.

Claro que las grandes novelas hacen algo más que contar una historia: enseñan algo sobre la vida. Son una experiencia que compartimos con el escritor y no sólo una historia más o menos bien contada, ya sea Madame Bovary o Los novios. Incluso el más eficaz de los narradores, siendo además escritor, convierte la historia bien contada en algo más. Eso ocurre con Stevenson o Dumas. Con razón en los talleres cubanos del gran cigarro se escuchó leer con tanta pasión El conde de Montecristo que se le pidió permiso a Dumas para darle ese nombre a lo que fue y no es un gran puro. Historias para la noche, a la luz de la lumbre, episodio tras episodio. Continuará.

Indudablemente, el empacho de templarios ha sido monumental. Se han convertido en historias maquinales, hechas con formulario, quien sabe si con plantilla informática, ya ineludiblemente aburridas. De David Copperfield a Papillon una historia bien contada siempre tiene seguidores. El lector quiere, entre otras cosas, entretenerse. Regresemos a Los miserables. Todo está allí, con una energía existencial y tal calidad de panorama histórico que el lector acaba por ver lo que lee: los personajes, las casas, el hospital para desahuciados, la mazmorra o el patio del convento. ¿Hay algo ingenuo en el simple narrador y en el simple lector de historias? Aquel público masivo del siglo XIX acabó por no leer más novelas cuando quisieron ser vanguardia o pensamiento, cuando dejaron de ser –entre otras cosas– algo entretenido. Luego reaparecieron los templarios y para pasado mañana quién sabe qué. A saber si queda tiempo para que se escriban y lean grandes novelas. Hay novelistas de sprint y novelistas de larga distancia. Con unos u otros personajes, siempre habrá artilugios narrativos que nos cuenten lo que el viento se llevó.


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La importancia de ser formal

La formalidad es sinónimo de caduco, anacrónico y más bien cursi. No hace mucho tiempo, ser formal significaba merecer confianza, ser puntual, cumplir con los compromisos, acudir a las citas, responder debidamente las llamadas telefónicas y dar los buenos días a ese vecino al que desearíamos ver en la picota, en la plaza pública. A partir de los sesenta, con los hippies y el aula sin muros, la informalidad se convirtió en la norma. Ser informal, ir informal daban un gran respiro. Ahí comenzó el eclipse de la corbata, las familias que comían cada uno a su hora y decorar los apartamentos con dibujos del niño de la casa. Informales todos, hasta que la informalidad se convirtió en un nuevo código, como ocurre siempre. Aparecieron los posmodernos con camisas oscuras y corbatas negras. En los restaurantes imperaron los platos cuadrados y los camareros de negro.

La nostalgia por la formalidad es cosa de revistas de moda y dura unos pocos días. Pero es que uno comenzó negando la formalidad en los gestos de cada día y acabó eliminándola de la democracia parlamentaria, de la consideración de las artes y de las formas de trato que llamamos vida pública. La formalidad protegía hechos íntimos, el espacio corporal, las relaciones personales y cierta forma de respeto a uno mismo que se sustenta primariamente con la ducha, llevar la camisa limpia y atender a ciertos principios de armonización cromática al elegir la corbata por la mañana. Hay que preservar bien la raya de los pantalones, salvo si son tejanos. Sobre todo, no queda bien agitar el hielo del vaso bajo con whisky estirando la punta del dedo meñique. Evitemos también el polvo en la punta de los mocasines y meterse en un ascensor que sube antes de dejar salir a los que bajan.

Las formas son de gran importancia, sin condición alguna. Quizás por eso se impuso la informalidad en tan poco tiempo. Así sustituimos la democracia por el democratismo y la opinión pública por el impudor colectivo. Si el caos asoma todos los días, la formalidad es el invento para domesticarlo. Eclipsada la formalidad, irrumpe lo informe del caos. No hace falta reclamar el uso del sombrero para darse cuenta de que un buen saludo a la gente que respetamos y con la que convivimos ensancha las posibilidades de ser más nobles. Con el tuteo, la regresión dio un paso casi violento, intempestivo. Nada más ofensivo que oírle a un adolescente tratar de tú a un camarero de toda la vida. Esas cosas antes se enseñaban y se aprendían en casa. Era un saber que se transmitía de una a otra generación, sin requerimientos de asignatura.

Distinguimos entre los taxistas que responden a los buenos días y los que no, el barman que pone posavasos y el que no, la cajera que respeta las pausas y la que no. Son los vestigios de una formalidad que no era tan banal como creímos. Por eso ahora cada vez más habrá quien desee una reforma de la formalidad; es decir, un retorno a lo formal, desde las antiguas normas de urbanidad hasta las formas litúrgicas tradicionales. Hay quien propugna un regreso a los modos del cortejo tradicional, a costumbres como jugar a los bolos, a escenas familiares como tocar el piano.

El egoísmo y el altruismo combinan bien como código esencial de formalidad personalizada. Dan pedigrí, desbrozan el viejo jardín de las buenas maneras, aceleran las formas de goce que son una forma destacada de civilización. Entramos en el proceso de reapreciación de lo formal. Una fatiga similar a la que nos saturó de formalidad ahora nos lleva a cansarnos de tanta informalidad. Al diablo con los almuerzos de fin de semana en el jardín del semiadosado entre humos de barbacoa. Al diablo con un profesorado que no sabe mantener en cintura a nuestros hijos. Al diablo con la informalidad que viene siendo excusa para disimular la ineficiencia, la descortesía y la ignorancia.

Convertirnos a lo informal fue relativamente fácil. Se hizo costumbre, rito, pero ahí estaba la formalidad como una forma de añoranza en potencia. Esa nostalgia regresa para casarnos de blanco y por la Iglesia, ir a la fiesta de fin de curso, aprender cómo se usan los cubiertos de pescado, saber que los sénior de la familia tienen un lugar especial a la mesa. Tener presente que los diplomáticos existen para solventar fricciones que puedan desgastar al Estado. Mantenerse en la idea de que una familia debe comer junta y siempre a las mismas horas, con la televisión desconectada.

Cada vez importa más volver a ser formales, después de un periodo exacerbado de informalidad. Que todos volvamos a ser un poco más formales por fuerza ha de cambiar no pocos hábitos públicos que impusieron un desorden donde antes había reinado la formalidad. Regresaríamos a una teología de la formalidad, como un quehacer del orden imprescindible para el buen rodaje de la vida. Algo de nuestra identidad se cifra en lo formal, como algo quedó desintegrado al imponerse de modo tan sistemático la informalidad. Al final, la informalidad se ha hecho una carga, y los métodos de la formalidad regresan como algo etéreo. Cedamos el asiento a las ancianas, seamos puntuales, dignos de la máxima confianza. Comprenderemos al final que ser formales es una forma privilegiada de ser.


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Teletón 2011 consigue más de C$16 millones

El Teletón 2011, que se realizó el viernes, se puso la meta de recaudar 14 millones de córdobas. Pero la cifra oficial preliminar es de 16.28 millones de córdobas, según los organizadores.


La jornada de recaudación, que se ha convertido en una tradición en el país, tiene como uno de sus objetivos recolectar dinero para construir este año el Instituto Médico Pedagógico Los Pipitos en Juigalpa, departamento de Chontales.


Reinerio Rivera, miembro de la junta directiva de la Fundación Teletón, informó ayer a LA PRENSA que aún hay donaciones que no se han contabilizado y que en los próximos días darán a conocer la cifra total.


“Pasamos la meta. (Recolectamos) mucho más de lo que esperábamos”, confirmó Rivera.


Cada año la Fundación Teletón sube la cifra meta. En el 2010 se lograron recaudar 13.551 millones de córdobas.


El evento de este año se realizó en el Centro de Convenciones Crowne Plaza, de Managua. Abarcó 16 horas continuas de transmisión televisiva y radial.


En un escenario novedoso, las fotos de niños símbolos del Teletón estuvieron entre los mayores atractivos. Igualmente, las historias de pequeños discapacitados que han recibido rehabilitación y que han superado algunas deficiencias hicieron que el público asistente y los ciudadanos en general se sensibilizaran y donaran más dinero.


Una vez más los artistas nacionales e internacionales contribuyeron con el entusiasmo y alegría de la jornada de recolección de fondos.


Entre los cantantes internacionales que participaron en esta ocasión sobresalieron José José, Rey Ruiz y Álvaro Tórrez.


Los ganadores de Bailando por el Teletón fue la pareja número tres, conformada por la modelo Slilma Ulloa y el instructor de baile Ariel Talavera, quienes obtuvieron más votos vía celular.


En Nicaragua a partir del 2001 se organiza el Teletón, gracias a la iniciativa de la Asociación de Padres de Familia con Hijos Discapacitados Los Pipitos, que junto al Club Activo 20-30 Managua conformaron la Fundación Teletón.

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Esto lo dice la prensa

Estornudos azulgrana

De verdad que a veces tenemos la sensación de que en este país, Catalunya, somos más papistas que el Papa y que en la pretensión de ser diferentes al resto de los españoles especialmente y del mundo también, hay quien pretende hacernos creer que los ciudadanos de este país son unos seres exquisitos que no pueden hacer ni decir según qué cosas, y que si no lo son tendrían que serlo. Aquí, según parece, no deberíamos estornudar porque a lo mejor despertamos a la bestia de Madrid, o seguramente ese gesto, que en estos días lo provoca la caída del polen primaveral, habría que tragárselo porque de esta forma seríamos más correctos y más elegantes y hasta más modestos que ningún otro ciudadano del resto de España.

Aquí, en este país nuestro, Sandro Rosell, presidente del Barça, elegido por una histórica mayoría de socios, según parece no tiene derecho a apostar un 5-0 a favor de su equipo en la final de Copa contra el Madrid porque esto está mal visto, dejamos de ser humildes, perdemos el ADN, nos salimos de la filosofía Guardiola, somos ofensivos con el rival y, sobre todo, nos alejamos de la perfección. Aquí hay que ir por lo bajito y pidiendo perdón a ser posible.

Los de aquí –en lo político más–, tienen que ir a Madrid a decir que ya se han hecho unos reajustes económicos que afectan al 10% del presupuesto de Catalunya y como allá dicen que no es suficiente, aquí hay que subir los impuestos o doblar el recorte. Y seguir calladitos. Aquí el honorable Jordi Pujol no puede, a sus casi 81 años, votar a favor de la independencia en la consulta de Barcelona porque eso también puede enfadar a la bestia. Es verdad que las cosas se pueden decir de una manera u otra. Pero decirlas una vez mal o no a gusto de unos no es pecado. Y eso es lo que se ha hecho con la apuesta de Rosell, que hoy, según Mundo Deportivo, matizará sus palabras. Pero el resultado de su apuesta, sin duda alguna, se ha magnificado tanto que los comentarios posteriores han doblado en exageración el resultado de 5-0.

Cada semana desde que llegó a Madrid, José Mourinho se ha dedicado a instigar y fustigar al barcelonismo de una forma cruel bajo el apellido de que él no es hipócrita y que, quien no dice la verdad y no canta las cuarenta como le salen del corazón, si que lo es. Por eso él dice sin rubor que los árbitros están a favor del Barça, que la Federación ha hecho el calendario al acomodo de los azulgrana, que los rivales no entran a Messi como a Ronaldo, que Guardiola tiene a la prensa catalana más o menos que comprada, y que tal y que cual. Y muy pocos en Madrid han reprochado estas manifestaciones. Mou tiene patente para ello.

A los que vieron en la declaración de Rosell un elemento de presión sobre el vestuario azulgrana no hay más que decirles que todavía no ha llegado la hora de perder la confianza en el técnico, que siempre que ha sucedido un hecho ajeno al terreno de juego ha contestado: “Esto no afectará, del vestuario ya me ocupo yo”. Así respondió a la fecha de las pasadas elecciones y también a su renovación. Y lo mismo vale ahora para los que han puesto el grito en el cielo cuando Guardiola soltó un estornudo en la RAI para decir que su tiempo en el Barça se está acabando. Que la declaración de Rosell se podía evitar, como dijo Pep, es verdad. Como tan cierto es que las de Guardiola también se podían evitar. Pero hay que reclamar el derecho a que las personas digan lo que piensan, que se muestren como son, que de vez en cuando se desnuden y si se equivocan, pues que se equivoquen. Que estornuden con ganas. No somos perfectos.


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Un uniforme para la escuela

No es la primera vez que resurge, en el contexto del debate sobre la mejora de nuestra enseñanza, la propuesta de reintroducir el uniforme, desaparecido de la escuela pública a finales del franquismo, pero vigente en países de gran tradición democrática. La consellera Rigau insinuó la propuesta en una entrevista concedida a La Vanguardia afirmando que el uniforme permitiría luchar contra la intromisión de ciertas modas “más propias del ocio que del estudio”.

Algunos critican que la problemática de la enseñanza actual se centre en un aspecto tan anecdótico como el del uniforme y sostienen que eclipsa el debate de fondo que la triste realidad de la enseñanza exige. Otros consideran que la propuesta es directamente equivocada. El uniforme –sostienen– contribuiría a reforzar la dimisión educativa de los progenitores que se ven impotentes para sugerir a sus hijos una forma de vestir adecuada. La familia, sostienen, no puede eludir responsabilidades sobre el vestuario de sus hijos.

Según el color del cristal ideológico con que se mire, el uniforme tiene la particularidad de ser la única prenda calificada de símbolo de igualdad y, a la vez, de autoritarismo. Los que recelan del autoritarismo, consideran el uniforme un instrumento represivo, que anula la personalidad. Pero los que ponen el acento en la dura realidad escolar presente, sostienen que reduciría las diferencias sociales entre los compañeros de aula, fomentaría la igualdad y liberaría a los alumnos del peso coercitivo de las modas, del dictado asfixiante de grupos y tribus juveniles.

El uniforme es más práctico y, a la larga, ahorrativo. Permite superar las discusiones sobre el gusto estético que se producen no sólo en el interior de las familias, sino singularmente en las aulas. La impertinencia, espectacularidad u obscenidad de determinadas prendas genera revuelo, fomenta el desorden y dispersa la atención en muchas aulas de hoy.

Por consiguiente, el uniforme facilita la ardua tarea del profesor. Por supuesto, no soluciona los problemas de la escuela, pero contribuye a enfatizar, en su visibilidad, la idea de que el alumno forma parte de una institución en la que ejerce una función principal: estudiar. El uniforme afecta tan solo al aspecto externo del alumno, del conjunto del alumnado, pero las formas son importantes.

El uniforme refuerza la idea de que el alumno participa de una institución en la que las apetencias y los gustos particulares se supeditan al objetivo superior del aprendizaje y la formación.


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Los jóvenes consolidan el catalán

LA capacidad de entender, hablar y escribir el catalán ha mejorado sustancialmente en los últimos veinte años en Catalunya. Todavía falta mucho para que el uso de la lengua catalana se equipare a la castellana, pero la evolución es positiva, ya que el catalán se consolida y avanza. Asi lo ha confirmado claramente el estudio realizado al respecto por el Institut d´Estudis Catalans (IEC) y la Fundació Audiències de la Comunicació i la Cultura (Fundacc) que se ha presentado esta semana.

A día de hoy, el 95% de los ciudadanos de Catalunya entiende el catalán, aunque sólo el 77% lo sabe hablar y apenas el 60% lo sabe escribir. Son datos que reflejan que el catalán aún está lejos de lograr la normalización perfecta. Pero, en cambio, es extremadamente importante el dato de que entre los jóvenes de 14 a 19 años, el porcentaje de los que entienden, hablan y escriben el catalán es del 97%, prácticamente el total de los comprendidos en esa franja de edad. Este hecho demuestra que el catalán es una lengua viva, consolidada, y con un futuro prometedor si se hacen las cosas bien.

El factor determinante que ha consolidado el catalán entre la juventud, y que constituye ya un camino sin retorno, ha sido la Ley de Normalización Lingüistica de 1983, en la que se instauró el catalán como lengua vehicular de la educación en todos sus niveles, con el objetivo de garantizar el aprendizaje tanto del propio catalán como del castellano para todos los alumnos. Este ha sido un objetivo plenamente conseguido y un gran éxito del sistema educativo de Catalunya del que todos debemos estar satisfechos.

En el análisis de la situación del catalán puede verse también el vaso medio vacío, ya que hay factores de preocupación de los que alertan los lingüistas. Uno de ellos, quizás el principal, es el hecho de que su uso coloquial y familiar se encuentra todavía en franca minoría respecto al castellano. Es un escollo muy difícil de superar, debido a la gran inmigración que ha registrado este país y que tiene el castellano como lengua materna. Probablemente sólo el paso del tiempo corregirá esta situación, a medida el catalán se vaya consolidando entre las nuevas generaciones.

Nohay que bajar la guardia en el arduo y largo camino para lograr un bilingüismo perfectamente equilibrado entre catalán y castellano. Hay mucho por hacer, pero el citado estudio del IEC y de Fundacc ofrece sólidos datos para mantener la esperanza en un futuromejor para la lengua catalana. La Vanguardia espera contribuir también decisivamente a ello con su próxima edición en catalán.


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Por qué aguanta el rey

La llegada al poder de jóvenes gobernantes que sucedían a sus padres, fueran reyes o presidentes, promovió hace un decenio la idea del cambio en el mundo árabe. Los relevos se dieron en países muy distintos, pero despertaron las mismas esperanzas. En 1999 Mohamed VI fue proclamado rey de Marruecos; Abdulah II, de Jordania, y Hamad bin Isa al Jalifa, de Bahréin. Y en el 2000, Bashar el Asad heredó la presidencia siria. Todos se presentaron como modernizadores, pero todo quedó en agua de borrajas.

Cada país árabe siguió su propia vía hacia ningún cambio. Pero en los últimos años, antes de la revuelta que comenzó en Túnez, fue posible distinguir tres modelos. Uno se centró en la modernización administrativa, pero no reformó las instituciones; este fue el cambio emprendido en Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Túnez y, más cautamente, en Arabia Saudí. El segundo modelo reconoció la legitimidad de la oposición, pero el régimen hizo lo imposible para reducir a los opositores; este es el caso de Argelia. Y el tercero se basó en una reforma que prometía el cambio, pero no aumentó la distribución del poder; esta reforma fue la que puso en marcha el rey Hamad, cuya familia manda en el archipiélago de Bahréin desde 1738, cuando expulsó a los persas.

El modelo de Bahréin tuvo buena prensa y el experimento fue considerado susceptible de ser aplicado a las sociedades de la península Arábiga, donde ningún país, con la excepción de Yemen (ahora al borde del cambio por las bravas), permite los partidos políticos. Pero, diez años después, Hamad bin Isa al Jalifa, primer rey de Bahréin, se aguanta porque Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos han enviado tropas para aplastar la protesta de los chiíes. El rey Hamad accedió al trono después de cinco años de violentas protestas de la comunidad chií, que, pese a representar el 70% de la población, está discriminada. Y la primera iniciativa del monarca fue promover una Carta Nacional para resucitar el Parlamento, suspendido desde 1975. Pero la nueva Constitución, aprobada en el 2002, concedió a la Cámara Baja menos poderes de los que tenía, y la respuesta fue el boicot a las elecciones legislativas del 2002 por parte de las sociedades políticas (no partidos) chiíes.

Al Wefaq, la primera sociedad política chií, aceptó participar en las elecciones municipales y legislativas del 2006, pero el régimen movió los hilos para que Al Wefaq no obtuviera la mayoría absoluta. Ahora, el vicelíder de Al Wefad, Jalil Ebrahim al Marzooq, ha retirado del Parlamento a sus dieciocho diputados en protesta por la represión. La monarquía suní, hasta llegar al palo, había intentado casi todo para controlar a los chiíes, de los que teme que sean agentes de Irán, la potencia chií que es su rival religioso y político. Y una de las iniciativas fue alterar la balanza demográfica con la concesión de la ciudadanía a trabajadores de confesión suní procedentes de Siria y Jordania. Pero la solución era a muy largo plazo.

La situación en el archipiélago de Bahréin, donde la protesta chií estalló el pasado 14 de febrero, preocupa a la Administración Obama, que aquí titubea a la hora de dar con el lado correcto de la historia. Barack Obama ha criticado el envío de tropas saudíes a Bahréin, pero la sangre no ha llegado al río. El reino es la base de la V Flota estadounidense, fuerza destinada a garantizar que el petróleo del Golfo circule libremente por el estrecho de Ormuz.

El rey de Bahréin no ha sido, sin embargo, el único que ha discriminado a los chiíes. Las antecesores de Obama también pusieron su granito de arena. “El problema es que hemos ignorado conscientemente la situación de los chiíes”, afirmó, cuando empezó la protesta, Gwenyth Todd, asesora de las fuerzas navales estadounidenses que estuvo destinada en Bahréin entre el 2004 y el 2007. Todd tuvo una idea para mejorar las relaciones con los chiíes. Organizó una entrega de regalos a los niños de las familias chiíes más pobres. “Recibí unas cuatrocientas peticiones, desde bicicletas hasta pupitres, y me comprometí a dar satisfacción a todas en nombre de la Marina”, declaró (“US history with Bahrain shiites may be crucial”, Herald Tribune, 22/II/2011). Pero sus superiores, temerosos de lo que dijera el autócrata, le ordenaron que se dejara de historias. Todd decidió entonces correr con todos los gastos. “Gasté unos 30.000 dólares de mi bolsillo, en nombre de la Marina. El Gran Hermano no fue feliz, pero los chiíes no conocieron esta historia”, añadió. Todd fue apartada del servicio, por mantener “contactos no autorizados” e “irresponsabilidad financiera”, en diciembre del 2007.


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Rubalcaba se perfila como el candidato preferido, según sondeo

Alfredo P?rez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, se perfila como el candidato preferido por los ciudadanos para sustituir a Jos? Luis Rodr?guez Zapatero al frente del PSOE, seg?n una encuesta publicada el domingo. Seguir leyendo el arículo

Rubalcaba, de 59 a?os, es considerado el mejor candidato socialista para el 42% de los encuestados, frente al 17% que opta por la ministra de Defensa, Carme Chac?n, y el 16% del presidente del Congreso de los Diputados, Jos? Bono, seg?n datos de Metroscopia para el diario El Pa?s.

Sin embargo, Carme Chac?n, de 40 a?os, se convierte por primera vez en el miembro del Gobierno mejor valorado en un sondeo realizado antes de que Zapatero anunciase ayer que no se presentar? a las elecciones generales del 2012.

El PSOE se encuentra a una distancia de 15,8 puntos por debajo del PP en la intenci?n directa de voto, una diferencia que para muchos ciudadanos es insalvable sea quien sea el candidato socialista.

El 55% de los preguntados cree que la derrota del Partido Socialista en las pr?ximas elecciones generales es inevitable, aunque ?sta se podr?a suavizar dependiendo de qui?n sea el candidato.

El PSOE abrir? oficialmente el proceso de primarias para elegir al sucesor de Zapatero despu?s de las elecciones auton?micas y municipales del 22 de mayo.

Zapatero se comprometi? a agotar la legislatura como presidente de Gobierno para cumplir con el paquete de reformas que se ha visto obligado a introducir para sacar a Espa?a de una crisis - uno de cada cinco trabajadores est? en paro - y evitar que siga los pasos de Grecia e Irlanda y tener que pedir un rescate financiero a la Uni?n Europea.

Tras el anuncio de Zapatero, el PP pidi? elecciones anticipadas, mientras que otras formaciones pol?ticas y expertos economistas cuestionaban la idoneidad del momento elegido, a las puertas de una importante cita electoral como la del 22-M.

"Lo importante es que se despeje la inc?gnita de qui?n va a suceder a Zapatero y desde el punto de vista econ?mico el grado de sinton?a del candidato con los compromisos del Gobierno en materia econ?mica", dijo Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.


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Patada al tablero

El PSOE se enfrenta ahora al siguiente dilema: o elige un candidato de usar y tirar para las próximas elecciones y luego ya veremos, o bien selecciona un candidato de largo recorrido destinado a ser presidente del Gobierno de España en el 2016 o el 2020. Dicho de otra manera, o toma una decisión táctica para salir del paso pensando sólo en las próximas elecciones, o hace un planteamiento estratégico pensando en las siguientes generaciones.

No cabe duda de que el dirigente político más sólido, con mayor notoriedad y el que produce más temor en el PP según lo visto en los últimos días es Alfredo Pérez Rubalcaba. Además, el vicepresidente del Gobierno sería la persona más indicada para asumir simultáneamente el liderazgo electoral y la secretaría general del partido, evitando así la bicefalia que siempre se ha demostrado problemática.

El problema es que Rubalcaba, como han sostenido algunos barones que le son favorables, es, por decirlo de alguna manera, pan para hoy y hambre para mañana. El vicepresidente es un tipo brillante, pero está a punto de cumplir 60 años y está más identificado que nadie con una etiqueta socialista que está siendo rechazada en toda Europa. Sin duda, Rubalcaba como candidato aportaría un plus de movilización entre tanto socialista decepcionado, pero también provocará una mayor reacción entre la parroquia conservadora, y en las últimas encuestas sitúan al PSOE a 15 puntos del PP. Es mucha distancia como para pensar que sólo cambiando al delantero centro va a cambiar el signo del partido. Y si Rubalcaba pierde, el dilema se situará entre esperar a que el líder socialista cumpla 65 años para intentarlo de nuevo, o abrir otra vez el melón sucesorio. Desde la transición, todos los presidentes del Gobierno se han estrenado con menos de 45 años.

Como para perder primero y abrir el melón sucesorio después ya estaba Zapatero, está claro que la decisión del presidente del Gobierno era pegarle una patada al tablero para que las fichas salten por los aires y Rajoy se encuentre con el guión cambiado. Por más que digan y dirán, no parece que Rubalcaba sea su candidato preferido. Más bien abre la puerta a que el PSOE seleccione a alguien que tenga treinta o cuarenta años, que dé la sensación de aire nuevo y que se puede permitir el lujo de perder una o dos elecciones antes de acceder al poder. ¿Carme Chacón? Tiene un problema: su partido, sobre todo la cúpula, es rubalcabista a matar. Además, mal si es la candidata del PSC y peor si no lo es. Aunque con las primarias nunca se sabe. Surgirán candidatos sorpresa, pactos y componendas, pero a mí me encanta jugar al póquer y perder. Yo apuesto por Eduardo Madina.


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Trampa al uso (y 2)

Suma y sigue del artículo de ayer. La cuestión: la difamación permanente que sufre toda persona que alza la voz contra el islamismo, en sus diversas versiones radicales, en un intento de confundir el pensamiento crítico con el odio antimusulmán. Alain Filkenkraut llama a esta tendencia la quemadura de la nueva letra escarlata, la r de reaccionario. Esta vez esa quemadura se ha producido en el manifiesto a favor de Abdennur Prado que ha publicado Webislam.com, y donde se tacha de “racistas e islamófobos” a todos aquellos que fuimos críticos con su bonito artículo titulado Tendrán su 11-M. Lo diré por enésima vez: una cosa es Dios y otra los que usan su nombre para fanatizar y matar. Una cosa son los musulmanes, con su cultura y religión, y otra aquellos musulmanes que lo usan para construir una ideología totalitaria. Y hay que dar la mano a los primeros, pero denunciar a los segundos. Y, por supuesto, una cosa es el pensamiento crítico y otra la islamofobia.

Pero como estos martillos de herejes, en su intento de impedir el debate, lanzan este tipo de acusaciones contra cualquier voz disidente del pensamiento único multicultural, buenista y yupiyaya, dedico este artículo a definir qué es la islamofobia. Y va por ustedes, cazadores de ideas libres. Principales mandamientos de la islamofobia: Es islamofobia no denunciar el uso que se hace de la religión para alimentar ideas fanáticas que tienen como objetivo la destrucción de las libertades.

Es islamofobia callar ante la esclavitud de millones de mujeres, condenadas a leyes brutales que las segregan de la sociedad y las tratan como si fueran seres inferiores. Es islamofobia no denunciar el adoctrinamiento fanático de niños para convertirlos en bombas humanas. Es islamofobia negar que exista una derivada ideológica totalitaria que usa el nombre de Alá en vano, y ayuda a confundir a los ciudadanos cada vez que hay una acción radical. Es islamofobia no pedir la expulsión de los imanes fundamentalistas que contaminan el cerebro de centenares de personas, a las que enseñan a odiar la democracia. Es islamofobia usar la metáfora del 11-M, con la carga de dolor que contiene, para intentar hacer una crítica a los gobernantes. ¿O creen que este tipo de metáforas ayudan a la comprensión entre culturas? Y, por supuesto, es islamofobia otorgarse la representación de todo el islam, como si este no fuera plural, heterodoxo, rico en matices y, sin duda, imposible de meter en un solo cajón. Es islamofobia el buenismo, que en su intento de vender la idea que todo lo que se hace en nombre del islam es bueno, acaba alimentando el peor de los malismos. Y es islamofobia usar la acusación de islamofobia para negar el debate. Esa es la contradicción de toda esta historia: que ustedes, los que se otorgan la defensa inquebrantable del islam, acaban siendo sus peores enemigos.c


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La política de Kissinger

Cuenta Jean Daniel que, a comienzos de los 70, Raymond Aron y él veían con frecuencia en París a Henry Kissinger, entonces en la cima de su poder como consejero de Seguridad Nacional y, más tarde, secretario de Estado del presidente Nixon. Aron admiraba la insuperable maestría con la que Kissinger exponía los detalles de la geopolítica y su influencia en la evolución de las naciones. Durante una cena en casa de Pierre Salinger –ex consejero de prensa del presidente Kennedy– se produjo un vivo cambio de impresiones entre Aron y Kissinger. Aron se expresó en estos términos: “Henry, yo no hubiera sido capaz de ordenar los bombardeos de Camboya y después irme a dormir tan tranquilo”. A lo que Kissinger, imponente e impasible, contesto entre dientes: “Querido Raymond, a nadie se le hubiera ocurrido encargarle a usted semejante misión”. La respuesta es brillante y muestra la agudeza y la capacidad de seducción del personaje, pero plantea otro interrogante de mayor calado: ¿por qué Henry Kissinger podía irse a dormir tranquilo después de ordenar el bombardeo de Camboya?

Existe en la obra de los artistas –escritores, músicos, pintores…– un hilo conductor, a veces muy soterrado y otras más evidente, que confiere a toda su producción cierta unidad y coherencia y que va más allá del parecido que proporciona un mismo estilo. Se trata, en suma, de un rasgo dominante, que constituye el eje axial de toda su producción y permite identificarla. Así sucede también con los filósofos, pensadores e investigadores: es perceptible en todos sus libros y artículos una idea básica, que es la raíz profunda de todos sus trabajos ulteriores. Así sucede con Henry Kissinger. El primer libro de Kissinger –su tesis doctoral– es A world restored, que estudia la política europea de Metternich y Castlereagh, los estadistas austríaco y británico que dibujaron el mapa de Europa tras la convulsión napoleónica, y articularon un sistema de equilibrios y alianzas destinado a perpetuar la hegemonía de quienes la ostentaban a resultas de su victoria sobre Napoleón. Metternich es, para Kissinger, el auténtico artífice, el héroe, de este éxito, que –según Judt– retorna siempre en su obra posterior, como sucede con Diplomacy, que dedica una atención preferente al sistema ideado por Metternich, al que no sólo considera un ejemplo del pasado, sino también un modelo para el futuro. Tanto que, tras la caída del comunismo, “cabe esperar –según sus palabras– que se desarrolle algo parecido al sistema de Metternich”. Lo que no constituye un simple deseo, sino una auténtica fijación del objetivo al que debe aspirar la diplomacia estadounidense, demasiado influida –a su juicio– por el idealismo wilsoniano y necesitada de recuperar el imprescindible realismo que se precisa para una defensa firme y eficaz de los propios intereses nacionales. De ahí que –según él– “la victoria en la guerra fría ha abocado a EE.UU. a un mundo que guarda muchas semejanzas con el sistema de estados europeos de los siglos XVIII y XIX”, pues “el sistema internacional que más duró sin una gran guerra fue el que surgió tras el Congreso de Viena: combinaba la legitimidad y la estabilidad, los valores comunes y una diplomacia basada en el equilibrio de poder”.

“Equilibrio de poder”: esta es la fórmula. Una fórmula que parte del axioma de que el mundo ha de estar regido por las grandes potencias, a cuyos intereses deben plegarse los demás estados. Una fórmula que exige tener poder y ejercitarlo con “realismo”, es decir, sin remilgos y de forma expeditiva cuando su uso es preciso para preservar la propia hegemonía y mantener aquel equilibrio, aunque Kissinger no llegó a defender su empleo preventivo. Y una fórmula, en fin, que permitió a Kissinger ir a dormir tranquilo después de que el presidente Nixon ordenase el bombardeo de Camboya a sugerencia suya y, por cierto, sin informar a casi nadie más.

Este último detalle –sin informar a casi nadie más– pone en la pista de la primera gran objeción que puede hacerse a la política de Kissinger.

Metternich sólo respondía ante el emperador, mientras que ahora los acontecimientos pueden ser percibidos por todos, en no importa qué lugar y en cualquier momento, lo que conlleva que la política exterior de un país esté sujeta a los límites de una democracia pluralista: normas constitucionales, votantes a los que convencer y partidos con los que pactar. La segunda objeción a la política de Kissinger aún es de mayor calado. En un mundo global caracterizado por la difusión –difusión de la información, difusión del poder, difusión de la capacidad de actuar con violencia…– no será posible mantener un orden internacional estable que no esté basado en su aceptación, ampliamente mayoritaria, por la mayoría de los estados. Ningún Estado, por fuerte que sea –sólo o en cuadrilla–, nunca tendrá ya fuerza suficiente para meter al mundo en cintura, en beneficio de su particular interés. No es ocioso repasar algunas de estas ideas, a la luz de lo que está pasando en Libia


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¿Fin de ciclo?

LA renuncia de José Luis Rodríguez Zapatero a optar a un tercer mandato como presidente del Gobierno dejará en el paro a muchos cómicos de la política y a no menos ventrílocuos de la locura. Como aquel personajillo que cerraba sus emisiones radiofónicas radiactivas con un delirante “¡Zapatero, ríndete, te tenemos rodeado!”. Pero por encima del respeto institucional y hasta humano que en demasiadas ocasiones se le ha negado al ya presidente virtual, su marcha sólo será bienvenida en la medida de que marque el final de ciclo. Sin olvidar la impronta que en su momento marcó Felipe González (¿se acuerdan del felipismo?), España ha consumido la primera década de este siglo marcada a cincel por el aznarismo y el zapaterismo. De hecho, hasta el PSOE se convirtió en un holograma de lo que fue. En ocasiones parecía programado para comportarse como un hijo bastardo y desairado, cuya única misión consistía en hacer lo contrario de quien le cedió el poder muy a su pesar. Desde aquel mes de marzo del 2004, ganadores y perdedores han soñado y desvariado con su respectivo aislamiento, cuando no aniquilación. Nada de prisioneros. En demasiadas ocasiones se ha gobernado exclusivamente contra la oposición. Con excesiva frecuencia, la crítica al Gobierno se ha embrutecido. Así, hasta sumir al país en una insoportable decadencia de la que se ha adueñado una colección de zombis a la que alguien se olvidó sepultar cuando murieron. Sino logramos exorcizar ese espíritu de rebaño acabaremos sucumbiendo al más de lo mismo: adoración absurda a cadáveres políticos incorruptos sin ningún loor de santidad.


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La familia derrota a Maquiavelo

El hombre del que se ha llegado a decir que era el piloto de un plan masónico, emisario de un secreto designio de la Cadena de Unión Universal de Estrasburgo para dinamitar de una vez por todas la institución familiar en la Europa secularizada, se plegó ayer ante el sanedrín socialista por el deseo expreso de preservar su familia. José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado que se va –yéndose poco a poco, abriendo unas primarias inciertas y sin señalar a Alfredo Pérez Rubalcaba como el inevitable sucesor– después de una semana muy desconcertante para sus ministros y colaboradores. Una semana en la que su círculo más íntimo ha pesado mucho, según refieren fuentes conocedoras del vaivén en la Moncloa.

Atendiendo los consejos de unos y otros –y escuchando con suma atención a su esposa, Sonsoles Espinosa–, el presidente ha dudado hasta el último minuto. Ha dudado y ha aparentado muy bien su zozobra. Simula y disimula, aconsejaba el cardenal Giulio Mazarino en su Breviario de los políticos. En realidad eran cinco los consejos del eclesiástico que dirigió la política francesa entre 1643 y 1661: simula, disimula, no te fíes de nadie, di cosas buenas de todo el mundo y prevé antes de actuar. El abogado de León que en algunos momentos de su mandato ha jugado a poner en jaque a la Iglesia católica, ha cumplido, uno por uno, los cinco preceptos del agudo sucesor del cardenal Richelieu. Ha simulado, ha disimulado, no se ha fiado de nadie, ha dicho cosas agradables a todo el mundo y cabe suponer que ha previsto las consecuencias de sus actos. El presidente ha mantenido la propiedad de la decisión hasta el último minuto. No ha sido retirado por la portada de ningún diario. Ni amigo, ni enemigo.

El tridente sabía y no sabía. Los tres hombres con más poder político en España, después del presidente, llegaron ayer por la mañana a la sede central del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, sin tener una idea cierta de lo que iba a ocurrir. Alfredo Pérez Rubalcaba, José Blanco y José Bono se encontraron la noche anterior en la capital y ninguno de los tres pudo aportar a los demás un buen pronóstico. Estaban desconcertados por las señales contradictorias –ahora me voy, ahora me quedo– que a lo largo de la semana venía emitiendo Zapatero.

El sábado anterior, en el cónclave de la Moncloa con los principales exponentes de la gran empresa española, el presidente se sintió muy impresionado por el requerimiento del banquero Emilio Botín en favor de su continuidad. Fue una señal muy reconfortante. Un verdadero alivio para un gobernante que estos meses se ha visto a los pies de los caballos. Más allá de la literalidad de sus palabras, el banquero Botín estaba enviando un mensaje cifrado a la derecha. Zapatero podrá regresar a León tranquilo. Y a mitad de esta semana, quien le pidió que se quedara fue el secretario general de UGT, Cándido Méndez. Su buen amigo Méndez, con el que tantas complicidades tejió.

Tras esas reuniones, la aguja parecía cambiar de dirección. Tanto es así que –también a mitad de semana y en el curso de una recepción– Sonsoles Espinosa habría pedido a un alto cargo socialista que dejasen de presionar a su marido.

Por todas esas razones, el tridente estaba desconcertado. Blanco era el que había apostado con más insistencia por hacer pública la retirada antes del 22 de mayo, convencido de que era la mejor manera de aliviar al PSOE. Lejos de generar incertidumbre y debilitar aún más la maltrecha marca socialista, Blanco cree que el “ya me voy yendo” del presidente puede devolver las próximas elecciones a la esfera local y regional. Ya no se votará contra un alcalde socialista para echar a Zapatero.

Rubalcaba era, en principio, reticente. No quería anticipar su desgaste, toda vez que el Partido Popular ya lo ha escogido como contrincante, con focos de máxima potencia tras la aparición de las denominadas actas de ETA en el rastro de Madrid. El vicepresidente cambió de opinión al constatar la celeridad y concentración con la que Carme Chacón empezaba a jugar sus cartas. Asesorada por un eficaz entorno publicitario, la ministra de Defensa cuida con mucho detalle sus apariciones televisivas –nunca una palabra de más, mucha prudencia gestual ante la escalada bélica en Libia, siempre un mohín...– y ha empezado a tomar contacto con distintas federaciones socialistas en busca de apoyos.

Quiere jugar, evidentemente, la carta femenina. Quiere ser la candidata de esa generación zapaterista que ahora teme verse cancelada. “Tuvieron que volver los mayores para evitar que el PSOE se despeñara”. Chacón se rebela contra ese epitafio. Ambiciona un lugar en el futuro y no quiere regresar a Catalunya. Los descontentos podrían ser su infantería y necesita tiempo para reclutarlos. Rubalcaba y Blanco no se lo van a dar. Tras la decisión de Zapatero, su pista de despegue no es muy larga. Tendrá que aprender a pilotar un Harrier, avión de combate de despegue vertical.

Así se ha gestado el adiós de Zapatero. Tras ocho años de reclusión en la nave espacial de la Moncloa –de la que nadie ha logrado salir indemne–, el campeón español del laicismo ha optado por la familia, mientras Maquiavelo y Mazarino le hacían señales por la ventana.


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La renuncia de Zapatero

ZAPATERO no volverá a ser candidato a la presidencia del Gobierno en 2012. El líder socialista desveló ayer, por fin, su decisión en el comité federal del PSOE, donde convocó a sus compañeros a abrir un proceso de primarias para elegir a su sucesor tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Aunque Zapatero argumentó que, cuando fue elegido en 2004, ya pensaba que ocho años de mandato eran suficientes, lo cierto es que la crisis económica y su evidente desgaste están en la base del anuncio. El PSOE está a unos 15 puntos de distancia del PP y algunos barones socialistas estaban de los nervios ante el silencio de Zapatero respecto a su continuidad. En todo caso, el presidente ha despejado la incógnita de su futuro. Otra cosa es el futuro del partido y su continuidad en la secretaría general acerca de la cual no dijo nada. Lo lógico es que se mantenga en ella hasta la elección de nuevo candidato. Por tanto, no todas las incertidumbres se han cerrado.

El presidente del Gobierno también anunció su intención de agotar la legislatura, tal como le pidieron hace una semana los grandes empresarios españoles, que son de la opinión, en contra de la del PP, que un adelanto electoral sería perjudicial para la recuperación económica. De esta forma, el Gobierno dispone de un año para acometer nuevas reformas y profundizar en las iniciadas y el PSOE para decidir quién será el candidato que se enfrentará a Rajoy y, si la situación económica y las cifras de empleo mejoran –cosa que está por ver–, recuperar el terreno perdido. De convocarse las primarias a finales de mayo, el próximo julio ya se sabría quién será el candidato socialista.

Aunque tiempo habrá para analizar la gestión de Zapatero durante sus ocho años de mandato, es evidente que el juicio estará marcado por la crisis, hasta el punto que, como dijo ayer Duran Lleida, el presidente se había convertido en un lastre para su partido. Al retraso en reconocer la gravedad de la situación económica y financiera, se suman las contradicciones en que incurrió el Ejecutivo, una planificación de reformas confusa y no siempre acertada y la impresión de estar constantemente improvisando, aspectos que no son exclusivos del político socialista español, sino que afectan a una gran mayoría de los líderes occidentales. El laborista Brown fue barrido electoralmente, mientras que los problemas que tienen Obama, Merkel y Sarkozy, por citar los más destacados, demuestran hasta qué punto está castigando las expectativas el marco económico.

El PSOE puede encarar la campaña de las elecciones de mayo sin el lastre de un líder más que amortizado, lo que no garantiza la recuperación de los votos perdidos por el durísimo ajuste de las finanzas del Estado obligado por la Unión Europea y EE.UU..Ala sucesión de Zapatero se apuntan algunos nombres: Rubalcaba, Chacón, Bono e incluso Blanco. Ni que decir tiene que el vicepresidente y ministro de Interior es quien parece tener más números. Pero ello no quiere decir que vaya a ser el elegido. La experiencia no juega a su favor. No se ha olvidado el fiasco que representó la elección de Borrell frente a Almunia, así como la de Tomás Gómez frente al candidato del aparato, lo que provoca en algunos un miedo cerval a las primarias. Además, está por ver de qué autoridad dispondrá un presidente del Gobierno que ha adquirido, quiera o no, la condición de interino y en qué medida esta provisionalidad no acaba castigando al sucesor.


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Visionarios ciegos

Castellón acaba de inaugurar un aeropuerto sin aviones ni permiso de navegación, que ha costado 150 millones de euros. Carlos Fabra, presidente de la Diputación castellonense e impulsor de la obra, disculpó la ausencia de aeronaves con un argumento pintoresco: “Cualquiera que lo desee puede visitar las pistas de aterrizaje, la terminal y la torre de control, cosa que no podría hacer si fueran a despegar aviones”.

La iniciativa de Fabra, un cargo público de maneras caciquiles que acumula causas judiciales e ingresos sin justificar, abre un insospechado abanico de posibilidades constructivas: puertos sin barcos, autopistas sin coches, vías sin trenes, paseos marítimos sin mar... Cualquiera de estos equipamientos permitiría a los ociosos solazarse paseando por infraestructuras sin uso, como antes paseaban por el campo o la línea costera. “Eres un visionario”, piropeó el presidente valenciano, Francisco Camps, el día de la apertura del aeropuerto de Castellón, a un Fabra parapetado tras sus gafas de ciego. Y poco le faltó para añadir: ¿para cuándo el hotel sin camas, el museo sin arte, el restaurante sin cocina o los campos de golf sin agujeros? ¡Ya están tardando!

La idea aeroportuaria de Fabra –digámoslo todo– tiene precedentes. En lo que va de siglo se han construido en España cientos de miles de pisitos suburbiales, o frente al Mediterráneo, muchos de los cuales siguen intactos y desocupados porque eran innecesarios salvo para sus ávidos promotores. También se han edificado ciudades vacacionales –en marismas próximas al aeropuerto castellonense, por cierto– en las que además de playa, hoteles y apartamentos se perfilan canales venecianos, pistas de esquí, proyectos de campos de golf o de parques temáticos y una retahíla de equipamientos que, a la postre, se quedaron en el aire (sin necesidad, tampoco, de aviones).

Dicho esto, ya oigo a los fieles de Fabra tildándome de inmovilista: ¡Aváncese a su tiempo, hombre! ¡Sea visionario! ¿Se atrevería a criticar a Cerdà, que trazó un Eixample apto para máquinas de fuego (trenes), aunque luego lo cruzaron pocas? A lo que cabría responder: no es lo mismo un visionario que un codicioso, ni innovar por el bien futuro de la sociedad, cuando esta todavía no sabe imaginarlo, que destrozar el común patrimonio natural para facilitar operaciones egoístas, oscuras e insostenibles.

Semanas atrás, cenando junto a un conseller de la Generalitat valenciana, le anuncié el recorte del 10% que preparaba el Gobierno Mas para los presupuestos de la Generalitat. Y su respuesta, formulada en voz baja y con cara angustiada, fue esta: “Aquí estamos mucho peor, pero no decimos nada”... Algún día, más pronto que tarde, habrá que decir mucho del gasto público desenfrenado en general y de los aeropuertos sin aviones en particular. ¡Ay de ese día! ¡Ay de los visionarios cuando pierdan definitivamente la vista, cegados por la luz de los números!


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El factor kurdo irrumpe en Siria

En la tercera semana de manifestaciones antigubernamentales en Siria, donde el rais Bashar el Asad –por la sólida base de su poder fundado en las fuerzas armadas, el partido Baas, los servicios de inteligencia y el núcleo alauí que le apoya– guarda un insdicutible margen de maniobra, ha aflorado el malestar de la minoría kurda.

En este viernes de los mártires convocado a través de los mensajes en las páginas de Facebook, en Qamishi, en Amud, en otras localidades del nordeste de la República, hubo protestas callejeras con pancartas en las que escribieron: “No queremos sólo la nacionalidad, sino también la libertad”.

El rais sirio, en sus últimas declaraciones sobre el encargado estudio legal de las reformas políticas contempladas, y en primer lugar sobre la derogación de la ley de estado de excepción, se refirió también al tema de la falta de documentación de 300.000 habitantes de etnia kurda en Siria.

Las reivindicaciones de la población kurda, fronteriza de los territorios autónomos de Iraq y de las provincias kurdas de Turquía, no tienen ni su alcance ni sus pretensiones, pero se han agudizado desde el año 2004. Entonces también en Qamishi, durante diez días –a raíz de un partido de fútbol entre un equipo árabe de Derezor y otro kurdo local– estallaron altercados, manifestaciones violentas en las que murieron varias personas, fue incendiada una sede del partido Baas, destruida una estatua del fallecido presidente Hafez el Asad, e intervino la Guardia Republicana enviada desde Damasco para restablecer el orden.

Los kurdos, musulmanes suníes, integrados en la economía nacional, no piden ni autonomía ni un sistema federal, sino el reconocimiento de sus derechos, la obtención de la ciudadanía siria. Es evidente que, de alguna forma, influyen en su situación las poblaciones kurdas del otro lado de las fronteras.

En el país sirio, que los franceses fragmentaron, conviven en paz musulmanes y cristianos, como suníes, alauíes, chiíes, drusos, ismaelíes, católicos, griegos ortodoxos, maronitas... Hay árabes, kurdos, siriacos, armenios. Esta composición etnicoreligiosa es su riqueza pero también su debilidad en un Oriente Medio cada vez más fragmentado en sectas como en sus países limítrofes, Iraq o Líbano.

El temor a que, en el trasfondo de estas manifestaciones antigubernamentales y en favor de la democracia y las libertades, esté latente un peligro de desintegración del Estado, como ocurrió en Iraq, frena las ansias de los que participarían en las protestas. Uno de los pocos estados indiscutibles durante milenios en esta desnortada región es Egipto.

En las protestas del viernes de los mártires, que como siempre tienen lugar después de las oraciones de las mezquitas, agentes de las fuerzas de seguridad y militantes del partido Baas atacaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y porras a la salida de los lugares de devoción religiosa en Deraa, en Latakia, en Banias. En Damasco, según noticias difíciles de verificar, perdieron la vida varios manifestantes. En el suburbio de Duma, a unos quince kilómetros al norte de la capital, habría ocho muertos por disparos, según testimonios citados por la agencia France Presse, y una novena víctima en Sanamin, cerca de Deraa, donde unas treinta personas habrían resultado heridas cuando, según el canal árabe de televisión Al Yazira, el ejército impidió a los habitantes de pueblos vecinos acudir a presentar sus respetos a las familias de aquellos que murieron a principios de semana.

Fuentes oficiales sirias no confirmaron las citadas muertes de manifestantes. En Duma, la concentración habría reunido a unas 3.000 personas que lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad, que habrían desplegado francotiradores en las terrazas y tejados. Informes recogidos por Amnistía Internacional estiman las víctimas mortales en las protestas en Siria en unas 90 personas hasta ahora.

En las pancartas de los manifestantes había inscripciones como “Sólo queremos la libertad”, “La muerte antes que la humillación”, “Unidad nacional”... La gran mayoría de la población no quiere poner en entredicho el statu quo, la estabilidad, y desea evitar una situación caótica que podría fragmentar esta república en enclaves y pequeñas entidades políticas.

El presidente Bashar el Asad ha puesto el énfasis en supuestas maquinaciones urdidas desde el extranjero, con agentes wahabíes de Arabia Saudí, con saboteadores de tendencia radical islámica suní. Manifestantes hostiles a su gobierno le acusan de utilizar a combatientes chiíes del Hizbulah libanés y guardias de la revolución o pasdaran iraníes –también chiíes– en la represión de las protestas.

Es difícil imaginar, además, un revés importante del régimen por su estratégica posición en Oriente Medio, entre Israel, Iraq, Líbano, Turquía..., entre la paz y la guerra de los palestinos. Su estabilidad es tributaria, a la postre, de las reformas auténticas que esté dispuesto a llevar a cabo. No es un lugar común repetir que todos los caminos de Oriente Medio se cruzan en Damasco, la antigua capital de los omeyas.


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Los rebeldes dudan de que la OTAN esté implicada en la muerte de 15 milicianos

Xavier Mas de Xaxàs. Enviado Especial

Bengasi

Unos quince guerrilleros murieron la noche del viernes a las afueras de Brega al ser alcanzados por un proyectil que podría haber sido lanzado por un avión de la OTAN. Los milicianos acababan de recuperar la ciudad después de varios días de batalla y expresaron su júbilo disparando sus anti aéreos al aire, al azar, sin apuntar. Fue suficienrte, sin embargo, para que recibieran una respuesta mortal.

Issam Gheriani, portavoz rebelde, manifestó a La Vanguardia que no podía asegurarse que hubiera sido un avión de la OTAN. "Es más lógico pensar que fue la artillería de Gadafi, que estaba en las inmediaciones del lugar. No tenemos pruebas en uno u otro sentido."

Gheriani evitó criticar a la OTAN y, en todo caso, manifestó que "preferimos haber perdido a estops hombres a que la Alianza no intervenga y las fuerzas de Gadafi se planten de nuevo en Bengasi".

Bengasi, la segunda ciudad de Libia, con 800.000 habitantes, estuvo a punto de ser ocupada por las fuerzas leales a Gadafi el pasado 19 de marzo, cuando la aviación francesa abortó la ofensiva. Desde entonces ha habido constantes combates en la región del golfo de Sirte. "Más de 400.000 personas han tenido que huir de sus hogares", asegura Gheriani.

Brega está hoy bajo control de los rebeldes, que vuelven a ganar terreno después de habrlo perdido durante los últimos cinco días.

Los rebeldes están a punto de sucumbir en Misrata después de cinco semanas de asedio. Las fuerzas de Gadafi, después de un intenso bombardeo con lanzacohetes, morteros y carros de combate, entraron el viernes en el centro de la ciudad. Los aviones de la OTAN atacaron la base aérea en las afueras, que sirve de base a los gadafistas, pero no sirvió prácticamente de nada.

La situación en la ciudad es hoy más tranquila, con la población refugiada en sus casas. Los soldados leales al coronel Gadafi han tomado posiciones en la avenida Trípoli, que lleva al corazón de Misrata y en las azoteas de los edificios más altos. Los habitantes, contactados por teléfono, afirman que están a merced de un enemigo que no distingue entre civiles y milicianos.

A pesar de que el bombardeo del viernes fue de los más duros que ha sufrido la ciudad, sólo hubo tres muertos y cinco heridos, según el recuento de la clínica que sirve de hospital de campaña. “Ha sido un milagro. Que Alá nos proteja”, manifestó un médico.

Los gadafistas atacan desde el este y el oeste y, también, bombardean el puerto desde el norte. Un buque de la colación internacional está fondeado frente a la costa pero no ha intervenido.

Esta inactividad de los aliados desconcierta a los vecinos. “Los ataques aéreos no son suficientes. ¿Van a esperar a que nos maten a todos? Esta estrategia no funciona”, declaró el doctor Aiman a la agencia Reuters.

Los gadafistas penetraron en la ciudad por la avenida Trípoli y fueron rechazados por la resistencia rebelde. Fue entonces, como de costumbre, cuando empezó el bombardeo. Hoy mantienen sus posiciones en esta arteria clave del municipio.

Misrata es la tercera ciudad de Libia. Como tantas otras poblaciones se levantó contra Gadafi el pasado mes de febrero. El régimen, sin embargo, aplastó el alzamiento popular en todas las ciudades del oeste excepto Misrata que desde entonces resiste el asedio, aislada del territorio controlado por los rebeldes.

El bombardeo continuado fue una respuesta muy clara de Gadafi a la oferta de alto el fuego lanzada el viernes por el gobierno rebelde en Bengasi.

En el frente este, los rebeldes siguen luchando contra las fuerzas de Gadafi en los alrededores de Brega.


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Nigeria pospone las elecciones legislativas por falta de material electoral

Lagos. (EFE).- El presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente de Nigeria (INEC), Attahiru Jega, anunció cuatro horas después de iniciados los comicios legislativos previstos para hoy, que las elecciones quedan aplazadas hasta el próximo lunes debido al retraso en la entrega de material electoral.

En una rueda de prensa, Jega explicó que los formularios de resultados que se debían utilizar en los comicios, que se mandaron imprimir en el extranjero, no llegaron a tiempo y que por lo tanto no pudieron ser distribuido a la mayoría de los 120.000 puestos electorales.

"Las cosas no han salido tan bien como esperábamos porque nuestros proveedores nos han decepcionado", dijo Jega, quien agregó que "para mantener la integridad de las elecciones y seguir con el control del proceso, los comicios son pospuestos hasta el lunes, 4 de abril".

Sin embargo, el presidente de la INEC afirmó que el material en cuestión ya está en el país y está siendo repartido por todos los 36 estados.

Tras el anuncio del aplazamiento, tanto el jefe de la INEC como el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, pidieron disculpas a los ciudadanos de su país.

"Lamento lo que ha sucedido, le pido perdón a todos los nigerianos y acepto la responsabilidad", afirmó Jega, mientras que Jonathan se excusó "en nombre del Ejecutivo y de la Asamblea Legislativa".

Jonathan también pidió comprensión a los nigerianos y afirmó que "es preferible" retrasar unas elecciones" para más tarde celebrar unos comicios "de los que los ciudadanos del país y la comunidad internacional pueda sentirse orgullosa". "Nigeria es capaz de organizar unas elecciones libres y justas", añadió.

Un total de 3.305 candidatos se presentaban a los comicios legislativos, que constituyen la primera fase de unas elecciones generales que continuarán el 9 de abril con la votación para elegir al próximo presidente y el 16 de ese mismo mes a los gobernadores y asambleas estatales. Por su parte, el principal partido opositor nigeriano, el Congreso para la Acción de Nigeria (ACN), rechazó la nueva fecha designada para las elecciones legislativas, el próximo lunes, y afirmó que necesitaría al menos tres o cuatro días para movilizar fondos y asegurar la distribución del material para el nuevo proceso.

"El único día entre hoy y el lunes es el domingo, y los bancos están cerrados el domingo. Fijemos las legislativas el sábado 9, movamos las presidenciales a mitad de la semana siguiente y dejemos las estatales para el día 16, como estaba previsto", dijo a Efe el portavoz del ACN, Lai Mohammed.

Algunos nigerianos han instado al presidente de la INEC a que dimita: "El aplazamiento desanimará a los votantes, y muestra la ineptitud de la INEC", dijo a Efe Adeniyi Akintunde, un nigeriano que se había registrado para votar en la localidad de Ijebu Ode, en el estado de Ogun, en el sudoeste del país.

Desde el inicio de la jornada electoral, numerosos colegios electorales sufrían graves retrasos, tanto por la falta de material como por la ausencia de oficiales.

Tanto en la primera ciudad de Nigeria, Lagos, como en los estados norteños de Kagi y Kaduma y en los sureños de Bayelsa y Cross River, los votantes que se acercaron a los puestos electorales a las 08.00 hora local, cuando debía comenzar el proceso de registro, debieron esperar al menos dos horas hasta que se abrieron las puertas de los centros.

A pesar de los retrasos, no se ha informado de ningún incidente violento, algo que se temía dados los numerosos enfrentamientos que han tenido lugar por toda Nigeria en los meses previos a las elecciones.

Las actuales elecciones generales serán las cuartas que se celebran desde que Nigeria, el país más poblado de África, volviera al sistema democrático en 1999 después de un largo periodo de dictadura militar.


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Argentina reclama de nuevo la soberanía sobre las islas Malvinas

Buenos Aires. (EFE).- La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, reclamó hoy de nuevo al Reino Unido que negocie la soberanía de las islas Malvinas, al cumplirse 29 años del inicio de la guerra que ambos países libraron en 1982 en el Atlántico sur.

Al encabezar en la ciudad sureña de Río Gallegos el principal acto en homenaje a los caídos y sobrevivientes del conflicto bélico, Fernández reivindicó la soberanía argentina sobre las islas y afirmó que el colonialismo "aún avergüenza a la humanidad en el siglo XXI".

"Esta presidenta seguirá batallando para que se reconozca la soberanía de nuestro país en las Malvinas. Yo sé que vamos a recuperar lo que es nuestro de la mano de los hermanos latinoamericanos", consideró en un discurso transmitido en cadena nacional.

La jefa del Estado insistió en que seguirá bregando para que el Reino Unido "cumpla las resoluciones de las Naciones Unidas" y se siente a negociar la soberanía del archipiélago, situado a 400 millas marinas de las costas argentinas y que los británicos invadieron y ocuparon en 1833.

"Parece una broma que el Reino Unido ponga en duda nuestra voluntad pacífica cuando ante cada conflicto que se suscita en el mundo ellos la emprenden a bombazos", destacó antes de recordar que Argentina "sólo participa en misiones de paz y es abanderada en materia de no proliferación nuclear".

En su discurso, Fernández anunció que ordenará que en todos los actos escolares en conmemoración de la guerra se lea una carta enviada a la directora de un colegio por un soldado que trabajaba allí como docente y que dispondrá que al menos un aula de cada establecimiento educativo del país lleve el nombre de un caído en Malvinas.

También dijo que se va a ordenar que en cada visita oficial a Argentina de autoridades del exterior se realice un homenaje a los soldados fallecidos en la guerra de 1982, además del tradicional reconocimiento al general libertador José de San Martín.

"Esto no nos convierte en un país guerrero, sino en un país con memoria y honor", sostuvo la jefa del Estado frente al Monumento a los Caídos, emplazado en Río Gallegos en 1991, cuando su esposo y antecesor en la Presidencia, el fallecido Néstor Kirchner, era alcalde de esa ciudad, a 2.600 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Los actos en conmemoración de los 29 años de la guerra de Malvinas se replicaron hoy en todo el país, con vigilias de ex combatientes, y muestras artísticas y musicales, entre otras actividades.

En la guerra de 74 días librada en 1982, que terminó con la derrota del país sudamericano, murieron 255 británicos, tres isleños y 649 argentinos.


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